Le he adoptado y así me lo paga…

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Ya he hablado en alguna ocasión de esto, pero como es algo que veo con frecuencia, a veces de manera tácita y otras disfrazada entre palabras algo más amables, hoy me voy a poner a escribir sobre ello.

Antes de adoptar

Elegir a un perrete de una protectora es sólo el comienzo de un largo camino que durará – o debería – el resto de la vida del peludo.

Por eso es fundamental la ayuda de las personas que trabajan día a día con los perros y otros animales de la protectora, perrera o albergue. Ellos son quienes conocen las características del can, sus gustos, sus miedos, sus necesidades al fin y al cabo.

Ellos deberían ser el apoyo fundamental a la hora de contar al adoptante qué hacer y cómo hacerlo al llegar a casa, al salir a la calle, al dejarle aproximarse a otros perros…

Me parece tan fundamental que, dentro de mi día a día, me reservo un tiempo que considero muy productivo para enseñar y asesorar a la gente que se decide a adoptar.

Conseguir hacer un buen vínculo con el perro facilitará las cosas antes de ponerle la vida del revés llevándole a un nuevo hogar.

La paciencia y el compromiso son fundamentales en esta etapa, y lo serán también a lo largo del proceso de adaptación.

Confianza y bienestar

Deja de comenzar a enseñarle las reglas nada más llegar… primero observa su comportamiento y determina cuáles son sus necesidades, que será lo primero que debas tener en cuenta.

Permítele fallar, y asegúrate de que tan pronto como sea posible pueda disfrutar del descanso que sólo se obtiene por sentirse confiado y seguro en casa.

Las normas llegarán, y si tienes habilidad o un profesional a tu lado, podrás estableceras desde el principio, pero no permitas que tus fallos como educador causen ningún perjuicio en la percepción del perro de estar en una familia feliz, tranquila y de la que nada tiene que temer.

El perro perfecto

No hay persona perfecta, no hay coche ni casa perfectos… ¿por qué debería serlo tu perro?

Es posible que siempre tengas algo que cambiar o limar de tu perrete, y eso no le lleva a ser un «mal perro«.

Estás dando una oportunidad a una vida, a un animal que tiene una historia que quizá no conozcas, y también debes dar una oportunidad a vuestro entendimiento.

Un perro adoptado no tiene por qué convertirse en el perro maravilloso, amante de su nueva familia, obediente, limpio y siempre atento que en muchas ocasiones se vende. Adoptar es un proceso que puede tener ciertas complicaciones, y para el que se necesita mucha paciencia y sobretodo, voluntad de que las cosas funcionen.

Tu perro adoptado no tiene por qué parecerse a otro perro que tuviste y que «eran tan bueno«, ni tiene por qué querer estar contigo nada más llegar. No tiene por qué saber que te molesta que juegue con tus zapatillas o que el pis y la caca deben hacerse fuera de casa.

Es más, tu perro adoptado no tiene por qué tener las habilidades de detectar una nueva enfermedad, ni tienen por qué gustarle los niños. Quizá no le guste salir ni a la calle o se pase los primeros meses intentando escapar.

Y tendrás que enseñarle las ventajas de estar contigo… nada más. Olvídate de volcar en un perrete las expectativas de lo que quieres que sea, y disfruta compartiendo una vida que os hará ir construyendo un futuro juntos.

Sí, además, descubres habilidades que admiras o te enorgullecen, aprovecha para disfrutarlas (¡pero no se las exijas!).

Sé que entre quienes defienden las adopciones se encuentran personas que, con su mejor intención, cuentan historias maravillosas de perros sacados de la protectora (¡yo podría contarlas de mis pequeñas!) pero lo cierto es que me encuentro con situaciones algo angustiosas de personas que, sin darse cuenta, pretenden que su perro sea, o que su perro se comporte… de una forma muy concreta porque «le han dado una segunda oportunidad«.

Sobre la autora


Miriam Sainz

Técnica y Experta en Intervenciones Asistidas con Animales, Educadora Canina especialista en conducta y entrenadora multiespecie. Integradora Social. CEO de Sentido Animal.

Miriam SainzLe he adoptado y así me lo paga…

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  • Laura - 30 de marzo de 2017 reply

    El dia 9 febrero adopte un perro pequeño de 2 años y medio, los primeros dias se me hacia pis por toda la casa pero a base de paciencia y constancia al sacarle he conseguido que no se lo haga. El problema que tengo es que se pone agresivo con algunos perros grandes y machos, no se si ha tenido una mala experiencia con algun perro, el caso es que no es con todos.Por lo demas es un perro extradinario, listo y muy cariñoso aunque todavia nos queda mucho por conocerlos.

    Miriam Sainz - 2 de abril de 2017 reply

    Hola Laura, muchas gracias por compartir tu experiencia.
    Es fundamental que vayas registrando con qué perros se pone agresivo, para conseguir sacar un patrón que permita comenzar a trabajar con él.
    Como bien dices no conoces su pasado, y puede ser mala socialización, que haya tenido algún problema o problemas repetidos con un perfil determinado de perro o alguna otra cosa que costará averiguar.
    Lo cierto es que no es tan importante saber exactamente qué ha ocurrido, como saber qué es lo que tienes ahora con tu perrete y comenzar a trabajarlo cuanto antes para que él no lo pase mal y no escale a un problema mayor.

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