Es común que, cuando vemos un perro asustado, nos entre la necesidad de que ese miedo se le quite cuanto antes. Y en eso estamos totalmente de acuerdo… Sin embargo lo que con frecuencia hacemos es intentar que el perro deje de tener miedo en ese momento, y le obligamos a pasar por esa situación que le bloquea o le da inseguridad una y otra vez, con palabras como «que no pasa nada«, obligándole a permanecer donde está (normalmente al extremo de una correa completamente tensada) o aún peor, empujándole a acercarse al estímulo que le causa miedo.