A veces puede ser desesperante afrontar un día más con un perro con miedos o inseguridades. No saber qué hacer, no saber la forma correcta de ayudarle… y ver uno y otro día que nuestro compañero lo está pasando mal, es frustrante y agotador.
Tener una guía sobre tu forma de actuar te va a ayudar a resolver momentos complicados y soretodo, a evitarlos para una mejor calidad de vida tuya, pero sobretodo de tu perrete.
En el siguiente post vas a poder reconocer situaciones comunes y te voy a enseñar a lidiar con ellas, para dar más seguridad y confianza a tu peludo.
1. Ayúdale a salir de situaciones comprometidas
Fozar a un animal a pasar por una situación que le genera miedo o algún tipo de inseguridad, no es una buena idea para pretender que «se habitúe». ¿Y sabes por qué? Porque tenemos muchas formas de hacerlo de una manera más amable y cariñosa con nuestro perro, simplemente.
Ayudará mucho a tu compi canino que estés atento/a a aquellos momentos en los que tú sabes que puede tener dificultades. Miedo a ruidos en la calle, movimiento de sillas, objetos que se caen, globos o bolsas volando o moviéndose, miedo a perros grandes o personas con paraguas… Cualquier circunstancia que implique que tu perro/a lo pase mal, merece tu atención plena.
Por eso, anticipándote y dando una salida a tu compi para no tener que enfrentarse a ello direcamente, es la primera de las formas que tienes para dar los primeros pasos en la recuperación de su confianza.
2. Ayúdale a pasar un mal trago
A veces esos malos momentos son sencillamente incontrolables, no los puedes prever, no los puedes anticipar, y lamentablemente no los puedes evitar. Pero hay algo tan importante como evitarlos que sí puedes hacer: pasarlos a su lado.
No estoy hablando de enfadarte con el can ni de hacer como que no te has dado cuenta de que tu perro tiene miedo de repente… Estoy hablando de tomar conciencia de que hay un problema que no has podido o sabido evitar, y hacerte cargo de ello.
Poner a tu perro/a a salvo en lugar seguro para él/ella, y practicarle una relajación o masajes que le ayuden a volver a equilibrarse, es fundamental. No es cuestión de sentir lástima, es cuestión de dar cobertura a su agitación y malestar y mostrarle un poco paz o un lugar o alternativa para poder refugiarse y serenarse.

3. Ayúdale a superar sus miedos
Evitar es una alternativa maravillosa para que el perrete no anticipe que van a pasar cosas que no puede gestionar, y que le causan inseguridad. Sin embargo no podemos quedarnos únicamente ahí. Hay que ayudar al compañero peludo a superar esos miedos, fundamentalmente cuando están relacionadas con situaciones que son cotidianas o necesarias.
Por eso, realizar una desensibilización sistemática ayudará a rebajar y reducir los miedos, bajo supervisión profesional, dotándole de confianza y valor para afrontar situaciones cada vez más intensas, sin que su estrés, ansiedad o tensión se disparen, pues le expondremos a intensidades suficientemente sencillas de gestionar, y fácilmente trabajables, para conseguir esa superación que buscamos.
4. Ayúdale no dando nada por hecho
Pasar de «mi perro tiene miedo y tiembla» a «antes tenía miedo» es un paso sumamente importante. Sin embargo no hay que olvidar que un perro con miedos a salir de casa, o miedos por la noche o a los ruidos, no va a pasar de ser inseguro a afrontarlos como algo natural e incluso positivo, de la noche a la mañana.
Es una práctica muy saludable dar un paseo con tu perro pendiente el uno del otro. Esto implica darse cuenta inconscientemente de cómo están yendo las cosas realmente, y no dar por supuesto que «ya no tiene miedo». Porque por la necesidad de pensar que las cosas están solucionadas, a veces les dejamos a los peludos la responsabilidad de seguir el camino marcado, cuando aún no están preparados. Y eso, rápidamente cambia las tornas para volver a realidades superadas hacía semanas o meses.

Observa y no saques conclusiones precipitadas. Es preferible pasarse de precavido/a que lamentar haber corrido demasiado.
Ten en cuenta que estamos hablando de una vida, a la que estás exponiendo a situaciones que le cuenta afrontar y gestionar, y que está trabajando para superarlas. No sería justo que por correr unos pasos antes de la llegada, tuvieras que volver a hacerle pasar por el mismo arduo camino que acaba de recorrer.
 
				 
															

