Condeno el maltrato animal porque su sufrimiento me perturba, me entristece y me llena de ira y rabia. Lo condeno porque no comprendo el placer que conlleva hacer daño sin sentido, ni veo en tal maldad resquicio alguno de cultura, arte o satisfacción.
Condeno el maltrato animal porque no me considero en un estatus superior a ninguna especie, simplemente diferente, y porque al interactuar con ellas lo hago desde el respeto y la admiración, dejándome llevar por el aprendizaje que puedan regalarme.
Condeno el maltrato animal porque no cabe en mí oscuridad que me lleve a utilizar la fuerza o la inteligencia para torturar o someter, sino para ayudar y aliviar la vida de cuantos animales pueda.
Condeno el matrato animal incluyendo la barbarie como deporte, injusto combate a muerte forzado por quienes consideran que su diversión está por encima de cualquier vida; la extenuación de entrenamientos forzados para el ego personal de quien entrena o por fines púramente económicos; el hacinamiento y la crueldad de desproveer a los animales de su condición de animal para ser un mero objeto a merced de otros fines; la deshumanización en su trato.
Condeno el maltrato animal por culpa de la ignoracia de no saber escuchar ni comprender, por creer que la imposición conlleva la aceptación de unas normas que ellos no comprenden ni han sido hechas en su beneficio.
Condeno el maltrato animal en toda su extensión, y lucho y lucharé por enseñar que la convivencia es posible, y que todos somos inquilinos del planeta por igual.
Respeta, siente, ama.
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