Tu perro tiene… ¿otras prioridades?

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En una de las clases grupales de esta semana ha surgido un tema que me parece interesante compartir, y es que, como casi todo en la vida, nuestras acciones en el comportamiento que queremos conseguir de nuestro perro, se basan en tener unas prioridades claras para poder actuar en consecuencia.

Determina cuáles son tus prioridades

A la hora de priorizar tenemos muchas listas que rellenar:

  • ¿Necesitas una respuesta a tus señales inequívoca o que sepa comportarse de manera más o menos correcta en cualquier situación?
  • ¿Velocidad o fiabilidad? ¿O ambas?
  • ¿Esfuerzo controlando su estrés o entrenamiento basado únicamente en el juego de manera distendida?
  • ¡Y todas las que se te puedan ocurrir!

Jugando con el refuerzo y teniendo claro lo que estamos trabajando cada vez, podemos incentivar a nuestro perro sobre las cosas que nos parecen más importantes, aquéllas que queremos que aprenda por encima de todo.

Así determinaremos si, que atienda a nuestra llamada de manera veloz e inmediata, debería estar por encima de cualquier cosa a la que nuestro perro tenga acceso o por la que tenga interés.

Serán nuestras prioridades las que marquen los pasos a seguir en el entrenamiento y las que determinen la forma de actuar en cuanto a intensidad, dificultad, duración y número de repeticiones durante el adiestramiento canino.

Si no tienes claro qué es lo que quieres conseguir con tu adiestramiento, para un instante para planteártelo antes de seguir probando cosas sin rumbo definido.

Oh, no… ¡tu perro tiene otras preferencias!

Vaya… aquí nos topamos con la segunda dificultad. Después de tener claras nuestras ideas y de ir derechos a conseguirlas, nos percatamos de que nuestros perros no reaccionan exactamente como habíamos planeado… ¡ellos tienen otras prioridades!

Cuando tu prioridad es que pare antes de cruzar la calle, la suya es salir corriendo al trocito de césped que está enfrente… Si a ti te apetece jugar con la cuerda, tu perrete quiere correr tras la pelota… Si lo más importante para ti en el parque es que venga porque tienes prisa, el peludo decide que jugar con sus colegas caninos forma parte de vivir ese momento único… ¡parece imposible ponerse de acuerdo!

Y es que, una vez más, los perros son perros y tienen esas cosas de peludos que en el fondo nos encantan, sobretodo cuando nos encontramos con perretes que no son nuestros…

 

Es difícil entrar en la cabeza de un perro y convencerlo de que hay normas (sociales muchas de ellas) mucho más importantes que cumplir que sus necesidades lúdicas, según el momento. Pero la buena noticia es que aunque haya que invertir tiempo, paciencia y requiera mucha constancia, ¡no es una tarea imposible!

Perro tumbado cocker

Ajustando la lista de vuestras prioridades

Así que lo que tenemos que hacer es ponernos manos a la obra para llegar a un acuerdo con nuestro perro. Sí, a un acuerdo. ¿Acaso pensabas que la solución estaba en obligar al peludo a que acatara tu lista de cosas importantes? ¡Entonces te sugiero que eches un vistazo a otros artículos de este blog!

Vamos paso por paso: cruzar la carretera a lo loco sin mirar, no es negociable. Tu perrete tendrá que aprender que si quiere pasar al otro lado, tiene que esperar sentado justo antes del paso de cebra.

Por otro lado, ¿hay alguna diferencia importante para ti entre hacer el mismo paseo todos los días, por la misma calle, durante los 30 minutos del paseo de la mañana o permitir que el perro decida que prefiere pasarse 15 de esos minutos olfateando un pis de una perrita en celo que le parece mucho más interesante hoy? Si la respuesta es negativa… ¡ya tienes algo en lo que ceder con tu perro! Al fin y al cabo el paseo es uno de sus grandes momentos del día, y si decide que hoy no toca estirar demasiado las patas, ¡no se lo vamos a negar!

Estos son dos ejemplos bastante sencillos de identificar de cómo podemos ajustar la relación con nuestro peludo sin tener que estar en constante discusión

Sí… ¿pero cómo?

¡Trabajando, claro!

Demuéstrale a tu perro lo importante que es para ti que espere antes de esas rayitas blancas. Es tan importante, que estás en disposición de ofrecerle lo que más le gusta… ¡por ejemplo, comida! (¿no le gusta la comida?)

Repíteselo tantas veces que esté deseando llegar a un paso de cebra para poner el culo en el suelo. Haz que el valor que tú le das a quedarse sentado tenga para él la misma intensidad. Y recuerda que la importancia que le otorga al paso de cebra la comida puede ser también modificado con otro tipo de refuerzos, haciendo al final que permanecer allí sea un refuerzo en sí mismo.

Muchas veces nos centramos en nosotros mismos, en nuestra escala de valores y en lo que nos gustaría que pasase, y nos olvidamos de que tenemos enfrente a un ser con sus propias preferencias y su manera de entender la vida. Si no hacemos un esfuerzo por entendernos, ¡nunca llegaremos a hacerlo!

Imágenes:

Diseñado por Freepik
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Sobre la autora


Miriam Sainz

Técnica y Experta en Intervenciones Asistidas con Animales, Educadora Canina especialista en conducta y entrenadora multiespecie. Integradora Social. CEO de Sentido Animal.

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