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Cambiando el concepto de orden o comando

De esto suelo hablar habitualmente con nuestros clientes que vienen a las clases grupales o hacen sesiones individuales bien a domicilio, bien en la escuela. Y es que creo que el 80% o más de la frustración y del abandono de un adiestramiento o una educación canina en positivo, viene precisamente del concepto de «orden».

Es precisamente haciendo un cambio en este concepto, que nos ayudará a tener un adiestramiento canino mucho más limpio y efectivo con nuestro perro. ¡Te cuento cómo!

Qué implica un comando o una orden

En Sentido Animal no nos gusta utilizar la palabra orden, comando… para mí particularmente son sugerencias, proposiciones, indicaciones
Primero porque un comando, o una orden, debe cumplirse. es decir, cuando tú das una orden deberías tener la capacidad de hacer cumplir esa orden que se da. Si no se cumple, hay sanciones, sean de la índole que sean.

Es cierto que en la educación canina en positivo también utilizamos sanciones, como el bien conocido castigo negativo por los profesionales (tender a que un comportamiento deje de repetirse, eliminando algo del ambiente, como por ejemplo retirar la comida si no permanece quieto y se abalanza sobre ella).

Yo no tengo la capacidad de hacer que un perro haga lo que le pido. Puedo inducirle a hacerlo, puedo intentar convencerle para hacerlo, pero no puedo obligar hacer algo si pretendo hacerlo amablemente, así como no puedo obligar a sentir algo que yo quiera. Y si lo ordeno y no lo hace, sentiré la necesidad de castigarle por ello, y de que de manera inmediata realice lo que he ordenado.

El concepto es claro: si ordeno, tiene que hacerse. Hasta aquí la gran mayoría de personas que estén leyendo, pensarán: «¿y no es exactamente eso lo que quiero que ocurra con mi perra? ¡Sería maravilloso!».

Adiestramiento de perro border Collie

Yo sin embargo te invito a ir un paso más allá. Ordenar y ejecutar… ¿de verdad es lo que sueñas con tu perra? Si esto es así, tienes un montón de formas (y de profesionales) que te ayudarán a conseguirlo. Y siendo cristalina… también en «positivo». Se trata de blindar un comportamiento al máximo para que el 100% de las veces que se requiera, que se ordene, se haga sin fallos. Esto lo tenemos claro con algunos comportamientos con los que trabajamos en nuestro día a día, como las llamadas, por ejemplo.

Nosotras trabajamos de otra manera. Nosotras buscamos la complicidad, las ganas, la motivación. No la obligación. Te sigo contando.

Qué implica una señal, una indicación, una petición

Una señal es una sugerencia. «Me gustaría que hicieras esto«, o «verás cómo te gusta esto que te pido«. La puerta está abierta para que la perra no lo realice.

Mi objetivo como familia responsable de 4 perras y como profesional tanto de la Educación Canina como de las Intervenciones Asistidas con Animales, es que yo proponga, y los perros deseen hacerlo. Y de hecho, lo hagan.

No ordeno, motivo. No impongo, propongo. Y la diferencia es clara cuando ves los resultados. El juego mental es continuo, apasionante y enriquecedor. En continua conexión, en continua comunicación. Porque cuando doy libertad, y en libertad escogen mi propuesta, estoy segura de que les compensa. Y si les compensa seguir «mis tonterías» o mi forma de relacionarse con el mundo, ha algo bien hecho.

Cuando yo cambio el concepto de orden a señal, acepto que pueden no hacer lo que les pido. Acepto mis fallos y acepto los suyos. Y juntos avanzamos para conseguir en equipo mis metas (¡y las suyas!).

Y es que soy plenamente consciente de que el entrenamiento es un aprendizaje continuo, en dos direcciones.

Así que te invito a que dejes de «ordenar» y de enfadarte porque tu perro no hace lo que le pides (igual tan bien no se lo habrás enseñado…) y comiences a ver más allá. ¡Lo que tu perro tiene para enseñarte no tiene precio!

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