El miedo puede llegar a forzar al perro a amenazar, y mostrar todas sus armas si el peligro inminente no desaparece.
Antes de llegar a esta situación, el animal habrá mostrado sumisión y todas sus señales habrán ido encaminadas a tranquilizar al enemigo, pero ninguna de ellas ha surtido el efecto deseado, y nos encontramos ahora con una amenaza clara.
Con su cuerpo protegido como en la posición de inseguridad o miedo, podemos ver una clara diferencia, y es que ahora su cuerpo se yergue ligeramente y los belfos se levantan mostrando sus dientes.
Características físicas
- Su mirada aparece desde abajo y rara vez cambiará la fijación hacia el estímulo detonante del peligro. A pesar de sus señales lo que le preocupa no se aleja ni recula, y necesita toda la intensidad de su mirada para no perder detalle.
- Las orejas permanecen pegadas a la cabeza y echadas hacia atrás, replegadas para un posible ataque.
- Músculos en tensión preparados para saltar si fuera necesario.
- La cabeza hacia arriba, y echada hacia delante, con máxima tensión.
- Boca cerrada o entre abierta con los belfos subidos y mostrando su dentadura.
- Rabo encogido y metido entre las patas como señal de inseguridad o miedo.
Observaciones:
El perro ha entrado en una situación en la que necesita protegerse. Su inseguridad le obliga a proteger sus zonas más vulnerables pero debe mostrar que está dispuesto a atacar si la situación continúa o va a mayores.
Todo su cuerpo estará en tensión, gélido y a la espera, posiblemente, de cómo se desencadenen las acciones de quien tiene delante.
Probablemente si el estímulo que ha propiciado esta emoción en el perro se mueve hacia los lados, el perro lo seguirá con la mirada pero rara vez hará un movimiento, a no ser que sea muy lento y controlado. Si tiene que hacer algún movimiento brusco, todas las papeletas van encaminadas en que será un ataque directo.
¿Cuál de estos perro de la foto crees que tiene más posibilidades de lanzarse a morder?
¡Espero tus comentarios! 😉
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