A veces hay cierta obsesión en el sector canino (y el mundo animal) sobre la necesidad de control de los animales y del entrenamiento férreo y riguroso de los animales que están en contacto con personas. Y no niego que es muy importante poder ejercer control sobre nuestros animales cuando estamos trabajando con ellos para que una sesión de terapia o educación asistida con animales, pues es importante no dejar al azar o al descontrol un trabajo que debería tener unos objetivos concretos bien definidos.
Pero la magia, las situaciones que cortan la respiración, los momentos que emocionan y erizan la piel, suelen ocurrir cuando los perros toman bellísimas decisiones y nos regalan el carisma y la sensibilidad por la que en su momento decidimos contar con ellos para este tipo de sesiones.