Es alentador ver cómo hay gente con un gran corazón preocupados por el bienestar de los animales, que se decide por ir a adoptar uno de los muchos miles de perros/as que esperan una oportunidad en una protectora o albergue. Sin embargo, tener un gran corazón no sirve demasiado cuando no se tiene el conocimiento adecuado de qué hacer con el recién llegado…
El mayor de los motivos de ser adiestradora canina
Parándome a pensar el verdadero motivo que me lleva a entrenar a perretes, que son muchos y muy variados, si tuviera que destacar solamente uno de entre todos ellos, creo que podría ser devolver a los humanos con los que convive la ilusión que tuvieron al comenzar a compartir su vida con un peludo, y que tras la impotencia, la desesperación, la rabia, los enfados, la frustración de ver cómo aquel sueño se tornaba en un problema continuo, han perdido.
Adiestrando en El Campito
Comienzo mi andadura en El Campito, una protectora de la asociación Salvando Peludos donde hay mucha gente dispuesta a ayudar a estos angelotes.
Entre todos, somos varios adiestradores más o menos experimentados y con ganas de aprender, a los cuales me han pedido coordinar para poder llevar a cabo un trabajo muy valioso con los perretes.
Como en cualquier protectora, nos encontramos con una variedad muy grande de perrillos que necesitan acciones muy variopintas, pero seguro que entre todos vamos dando pasitos hacia delante.
Adiestramiento con Neska y Noa
Muchas son las cosas que mis dos pequeñas saben hacer y muchos los comandos a los que responden. Aquí dejo un ejemplo de algunas cosas que he estado reforzando, y aunque de este vídeo sólo hace unas pocas semanas, las tres hemos avanzado mucho y ellas han aprendido otros trucos que iré poniendo más adelante.
Algo que me encanta cuando estoy entrenando con un perrete es la actitud de «pídeme más» que se muestra en este vídeo. Me fascina cuando los perros hacen los ejercicios moviendo el rabo, sin estrés, sin miedos y con felicidad, pues es el resultado de un entrenamiento en positivo reforzado correctamente y libre de presiones, fobias y en definitiva, «malos rollos«.
Taller de agility para peques de 1º Primaria
Hoy hemos pasado un día maravilloso Neska y yo. Nuestra gran amiga Ana nos ha invitado a hacer una demostración de agility a los más pequeños del cole y a enseñarles la importancia de la comunicación entre personas y animales, concretamente las mascotas, y entre éstas, los perros.
Maravillosa sensación es la que nos permite que los niños y niñas, algunos de integración, puedan disfrutar de cerca de la compañía de una animal, compartir sus vidas con ellos o al menos un ratito del día, y sonreír o dejarse sorprender por los trucos, los saltos, las búsquedas de la pelota o simplemente el extremadamente buen corazón de Neska, que con paciencia permite que los niños se acerquen y la acaricien, algunos con más energía que otros. Gracias pequeña de 4 patas por ser tan especial y hacer de la vida momentos fantásticos.
Un buen entrenamiento
Se hace patente que hay una necesidad cada vez más reconocida de crear un vínculo con el perro que va más allá del simple adiestramiento. Es decir, el adiestramiento del perro se realiza con más sentido y con más solidez cuando el perro se convierte en uno de los dos pilares del entrenamiento, dejando a un lado el camino de una sola dirección. La comunicación continua entre el animal y el adiestrador, la compenetración en el momento de marcar los tiempos, la confianza mutua y el necesario entendimiento, son las piezas de un engranaje que dará la solvencia necesaria a los ejercicios para que lo aprendido permanezca y haya voluntad de aprendizaje.
Enseñar moviendo el rabo
Sí, sí, el rabo lo mueve el perro, pero si alguna vez habéis tenido la experiencia de educar a un perro, convendréis conmigo en que la sensación más placentera es la de enseñar mientras el perro es feliz, y mueve el rabo esperando que le des la oportunidad de hacer el ejercicio que le pides, que al fin y al cabo nos produce a nosotros esa energía positiva que, sin duda, haría que moviéramos el rabo también si tuviéramos uno…
Sobre los tipos de adiestramiento
Después de haber repasado los distintos tipos de adiestramiento (tradicional, en positivo, mixto y cognitivo-emocional), a continuación me gustaría compartir algunas reflexiones con vosotros:
Qué es el adiestramiento cognitivo-emocional
Esta corriente basada en el estudio de avances en etología, psicología y neurología del español Carlos Alfonso López García, fue reflejado en el libro “Adiestramiento canino cognitivo-emocional” tras una década de trabajos y estudios. Ésta tiene como centro de sus investigaciones y técnicas de adiestramiento el entendimiento en sí mismo del comando que se le da al perro. No se busca una respuesta conductista, es decir, frente a un estímulo (ya sea negativo o positivo), sino que se busca que el perro comprenda cuál debe ser el comportamiento adecuado que debe tener para tener una vida más feliz y tranquila.
Qué es el adiestramiento mixto
Como ocurre en casi todas las facetas de la vida, en algún punto intermedio entre dos extremos también podemos encontrar puntos dentro de la escala de grises. Éste es el caso del adiestramiento mixto, que no es tan agresivo como el adiestramiento tradicional ni tan amigable como el adiestramiento en positivo.
Está siendo utilizado mayoritariamente por adiestradores de la modalidad deportiva con muy buenos resultados.
Una de las principales diferencias con el adiestramiento en positivo es que procuran no premiar los ejercicios o conductas deseadas del perro con comida, sustituyéndolo por un juguete que además pueda fomentar la conducta de caza o presa en el perro. No obstante, la comida se utiliza con muy buenos resultados en el adiestramiento en rastro.