Qué es el adiestramiento tradicional

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Una vez que hemos comprendido la importancia de formar un equipo, no nos costará demasiado entender la gran diferencia que hay entre conseguir que el perro realice las órdenes que le mandamos porque sí, o que sin embargo esté deseando complacernos en lo que le pidamos.

Para conseguir tener un perro que responda a las señales, se pueden utilizar diferentes técnicas más o menos persuasivas, aunque todas ellas llevan implícito algunas características comunes. La constancia es algo que debe estar presente en cada ejercicio y cada paso del adiestramiento, y la disciplina del adiestrador, así como plena confianza en sí mismo y en su trabajo.

En sucesivos artículos mostraré las diferentes tendencias principales que se están llevando a cabo para el adiestramiento y aprendizaje de los perros. Hoy comenzaré, cronológicamente, por el adiestramiento tradicional.

 

Adiestramiento tradicional

El adiestramiento canino tradicional tuvo su época de máximo esplendor una vez terminadas las dos guerras mundiales. Éste fue el campo de prueba para un adiestramiento llevado a cabo en un primer momento por los militares, que se basaba en el refuerzo negativo y los castigos como únicos estímulos para conseguir que el perro realizase los ejercicios o las órdenes que se le exigían. En su origen tuvo un claro objetivo bélico, considerando a los canes como meros instrumentos de trabajo, necesarios para ayudar en la lucha, y sin tener en cuenta los daños que éstos pudieran tener, puesto que en determinados casos su actuación estaba precisamente prevista para ser animales-bomba o armas completamente prescindibles, entre otras cosas. Este tipo de enseñanza a base de palos era también la utilizada para soldados en el entorno militar, por lo que su utilización en los animales y en concreto en los perros, era únicamente cuestión de tiempo.

Se considera al coronel Konrad Most como pionero en esta técnica de adiestramiento,  y a William R. Koehler como máximo difusor tras la publicación del best seller «The Koehler Method of Dog Training» (Método de Adiestramiento Canino de Koehler). Después de la guerra, muchos adiestradores llegados de este sector comenzaron a tomar parte en exposiciones caninas, concursos deportivos y de trabajo, con excepcionales resultados, por lo que la popularidad de este sistema de adiestramiento aumentó rápidamente.

En la actualidad el refuerzo negativo y los castigos se mantienen como pilar del adiestramiento tradicional. En enfoque se basa en hacer saber al perro todos aquéllos comportamientos que no son deseados y que no deberá realizar bajo ningún concepto. Para ello se utilizan ciertos instrumentos como el collar de ahorque, el tele-tac, los castigos físicos por parte del adiestrador o los collares de púas, entre otros. La manipulación del perro es constante y de manera habitual y continua se utilizan métodos coercitivos para la enseñanza. No hay por qué utilizar en exclusiva el daño físico del animal, sino que se le puede erradicar una conducta mediante el susto o el miedo, de tal manera que el perro tenga presente cuáles son las consecuencias de realizar una acción no aprobada por el adiestrador.

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Fases:

Esta forma de adiestramiento tiene las siguientes fases:

1. Conducta no deseada

El perro hace algo que el adiestrador quiere evitar. Esto puede ser una mala colocación por ejemplo en una disciplina deportiva, una reacción diferente a la esperada tras una orden o pasar el umbral de una finca de donde el perro no debería salir.

 

2. Refuerzo negativo

El refuerzo negativo como ya hemos visto puede ser ejercido por el collar de ahorque, de púas, el tele-tac o un castigo físico por parte del adiestrador. Evidentemente las fórmulas son variadas, pero indico estas como ejemplo. El refuerzo negativo le indica al perro que la actitud que está tomando o la reacción que está teniendo no es la adecuada, y por lo tanto la consecuencia es algo molesto o dañino para él.

 

3. Evitación o escape

Para poder eliminar esa consecuencia negativa, el perro deberá cesar en su actitud o realizar correctamente la orden exigida. Por lo tanto, una vez que haga lo conveniente, es decir, cuando el can cambie la actitud que está teniendo, evite hacer aquello que no debe o finalmente obedezca la orden dada, el refuerzo negativo desaparecerá.

 

La aplicación del refuerzo negativo se puede hacer de dos formas:

 1. Manteniéndolo desde que el perro ejecuta la conducta no deseada hasta que finalmente obedece la orden dada. Por ejemplo, si un perro tiene puesto un tele-tac y tiene intención de salir de la finca, en el momento en que el perro efectivamente salga, seapretaría el botón de descarga eléctrica hasta que volviera a estar dentro de la finca nuevamente. Siguiendo con la explicación anterior, el perro ejecuta una conducta no deseada (salir de la finca), se le aplica un refuerzo negativo (descarga eléctrica) y el perro regresa a la finca donde no recibirá dicha descarga (evitación de la descarga).

 2. A modo de guía, para indicarle al perro qué es lo que debería hacer para dejar de recibir dicho castigo o refuerzo negativo. Como ejemplo podemos encontrar a un perro al que se le enseña a caminar al lado del adiestrador, en la posición de “junto”. Cada vez que el perro gira hacia el lado opuesto, el adiestrador tirará de la correa con una sacudida que provocará el ahorque momentáneo del perro, la correa se destensa y el perro volverá la cabeza hacia el adiestrador continuando el ejercicio correctamente, por lo que el refuerzo negativo es puntual para corregir, pero no permanece hasta que el perro hace la conducta adecuada, si no que da márgen al perro a hacerla por sí solo. Tenemos de nuevo los pasos indicados más arriba: girarse hacia el lado contrario (conducta no deseada), sensación de ahogo (refuerzo negativo) y volver a la posición correcta de “junto” eliminando la presión del cuello (evitación o escape).

 

La técnica clásica se ha suavizado en parte para hacerla más comercial, y es usada por militares, policías y cuerpos de seguridad, así como para eventos deportivos y adiestramiento para particulares.

De esta forma, el uso exclusivo de refuerzos negativos y castigos se ha ido limando para introducir en la actualidad otros métodos complementarios que enseñen al perro de manera positiva el buen comportamiento, incluso a continuación de haber mostrado con el refuerzo negativo qué es lo que no debe hacer (mixto).

Desde el punto de vista etológico, el adiestramiento tradicional se basa en la idea de la jerarquía y la dominancia con el perro, posicionando claramente al guía o adiestrador en la parte más alta de la pirámide jerárquica y estableciendo una relación inequívoca de superioridad. Así, la persona se convierte en alfa (o súper alfa, inalcanzable para el can) y el perro pasa automáticamente a ejercer un papel de beta.

 

Ventajas

  • Quienes utilizan y defienden esta técnica de adiestramiento la reconocen altamente efectiva, rápida y que  permite tener un alto grado de control sobre el animal.
  • Se consigue una obediencia muy alta incluso cuando otras técnicas fallan, debido a la poca motivación del perro por la vía de los premios y recompensas.
  • Se la considera una técnica muy efectiva para determinadas modificaciones de conducta, principalmente si se necesita rapidez y un alto grado de eficacia

 

Inconvenientes

  • Los detractores de esta técnica de adiestramiento consideramos que las herramientas empleadas son crueles y violentas.
  • No todos los perros pueden afrontar este tipo de adiestramiento bien por sus condiciones físicas, bien por su fortaleza psicológica. Hay que tener siempre en cuenta al individuo antes de utilizar este método, y asegurarnos de que su nivel de resistencia es elevado y no es un perro muy sensible, o no se consigue un adiestramiento adecuado.
  • Aunque la obediencia sea alta, ésta puede estar determinada por el miedo e incluso por las fobias inducidas, y no por el placer de agradar al guía.
  • Un mal uso de esta metodología puede provocar graves daños físicos y psicológicos en el perro, incluyendo daños traqueales por el mal uso del collar de ahorque o la cuerda.

 

Mi punto de vista

Si bien puedo entender el momento y la situación coyuntural del comienzo de este tipo de adiestramiento, me parece impensable, una falta de respeto por el animal y una necesidad de supremacía del humano por encima del bien y del mal continuar utilizando estas técnicas absurdas, completamente fuera de fecha y lugar. No la justifico en ningún caso.
Me parece triste ver cómo hay adiestradores que justifican esta forma de entrenar y endulzan la realidad e incluso mienten a las personas que contratan sus servicios. Jamás hay cooperación sino ordeno-mando, sin iniciativa por parte del perro ni aprendizaje; únicamente evitación y retraimiento.

 

Sobre la autora


Miriam Sainz

Técnica y Experta en Intervenciones Asistidas con Animales, Educadora Canina especialista en conducta y entrenadora multiespecie. Integradora Social. CEO de Sentido Animal.

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