El paseo es ese momento ideal para centrarte en tu perro. Fomentar el vínculo y disfrutar de una vuelta con tu peludo es una de esas cosas que «no tienen precio«.
Soy consciente de que mucha personas se ven envueltas en la vorágine del día a día y estos momentos pasan a ser un problema, pero una vez más, creo que la responsabilidad que implica tener una animal conviviendo con nosotros debe estar muy por encima de «la prisas» o «el poco tiempo», y va intrínseca en el propio peludo. Cambiar el chip y convertirlo en ese paréntesis (esos paréntesis… ¡al perro hay que sacarlo al menos tres veces al día!) que nos permitan tomar aire de nuestro día a día, puede ser un buen comienzo.