¡De nuevo con el escenario de Valmayor a nuestras espaldas!
Comienzo de Semana Santa y mal pronóstico por lluvias… la de este mes era una salida sólo apta para valientes… ¡y tres valientes vinieron a pasárselo en grande con sus peludos!
¡De nuevo con el escenario de Valmayor a nuestras espaldas!
Comienzo de Semana Santa y mal pronóstico por lluvias… la de este mes era una salida sólo apta para valientes… ¡y tres valientes vinieron a pasárselo en grande con sus peludos!
Este fin de semana se ha celebrado el primer congreso de adiestradores en el que se podía escuchar en un mismo espacio a adiestradores de renombre de diferentes tendencias, bajo el título «Respeto al perro y adiestramiento« y moderado por Eloy Aranda. Y la verdad, ha sido interesantísimo poder asistir y escuchar, de primera mano, los argumentos de unos y otros para llevar a cabo las diferentes técnicas con los perros.
Esta preciosidad es Sasha, mi compañera en las sesiones de terapias, o más ampliamente, de intervenciones asistidas con perros.
Esta perra, tan simpática y cariñosa que es difícil que pase desapercibida, lleva a cabo fantásticos programas que van enfocados al apoyo a personas que necesitan un estímulo extra para superar sus dificultades. Y Sasha está encantada de poder acompañarles en su tratamiento y prestarse a ser su compañera durante algunas horas a la semana.
¡Qué mañana tan agradable!
Caminando por un camino llanito y sin dificultades, hemos pasado tres horitas largas llenas de diversión para nuestros peludos y en fantástica compañía.
Blacky ha demostrado que es todo un caballero sociable aunque a veces pretenda dar imagen de cascarrabias y ha hecho muy buenas migas con Sasha, y Crispi nos ha enseñado que que también él puede disfrutar de un paseo un poquito a su aire.
Es común que, cuando vemos un perro asustado, nos entre la necesidad de que ese miedo se le quite cuanto antes. Y en eso estamos totalmente de acuerdo… Sin embargo lo que con frecuencia hacemos es intentar que el perro deje de tener miedo en ese momento, y le obligamos a pasar por esa situación que le bloquea o le da inseguridad una y otra vez, con palabras como «que no pasa nada«, obligándole a permanecer donde está (normalmente al extremo de una correa completamente tensada) o aún peor, empujándole a acercarse al estímulo que le causa miedo.
Como continuación al artículo publicado hace unos días para tener perros contentos en el veterinario, os hablo hoy de cuando comienzan los problemas, cuando ya tenemos a un perro que necesita pasar por el veterinario y no simplemente para socilizarlo. El momento más traumático ha llegado.
Más de uno comenzará a leer este artículo con reticencia… pero sí, es posible lleva a nuestros perros al veterinario sin tener que llevarles en brazos, enfrentarnos con ellos porque quieran marcharse a toda costa o tener que sufrir una situación que ni pueden controlar, ni de la que se pueden escapar, con lloros, temblores, rigidez o malestar en en cualquier caso.
No puedo negarlo… ¡me fascinan los animales! Y sin embargo algunos me han tenido, desde que recuerdo, conteniendo el aliento cada vez que se acercaban… Y sin duda la especie que más respeto me ha dado por su cercanía, ha sido la de los gatos.
Con ganas de cambiar esa situación y siempre entusiasmada por comenzar a aprender de distintas especies en el ciclo formativo de entrenamiento de animales que estoy cursando ahora, decidí comenzar a investigar sobre gatos y a entrenar a una de ellas… con la peculiaridad de que convivimos ya con 3 perras en casa…
Me resulta imposible cambiar de año sin echar un poquito la vista atrás (un poquito, no demasiado…) y pensar en lo que me deparará 2016 (un poquito… tampoco demasiado).
Veo en 2015 cantidad de maravillosas experiencias rodeada de maravillosas compañías; unas que se han ido fortaleciendo y afianzando, otras nuevas con las que da gusto compartir ilusiones y entrenamientos, algunas emergidas como una agradable sorpresa…
Controvertidas fechas las que nos disponemos a vivir… llenas de alegría, de tristeza, de recuerdos, de sueños por conseguir y de miradas al pasado para ver dónde estamos, pero de alguna forma llenas de amor, por exceso o por defecto, por complicado o por disfrutado.
En ese amor confío que encontremos a nuestros compañeros de viaje, de diferentes especies pero todas ellas llenas de una vida por vivir. Es fácil acordarse ahora también de todos aquellos que no tienen posibilidad de disfrutar de un hogar calentito, encerrados en protectoras, perreras o residencias sin poder acurrucarse entre unos brazos amigos que les hagan sentir seguros. Es fácil recordar a los que viven encarcelados repitiendo espectáculos o como escaparates irreales para contentar en estas fechas a niños y mayores. Es fácil, porque desde la distancia podemos sentir una amarga pena transitoria y continuar con nuestras vidas.